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La contemplaba acostada entre todos esos aparatos, dormida, débil. Trataba de recordarla con su cabellera rubia, brillante, la cual me había cautivado. Sus ojos celestes como siempre y no llenos de cansancio y debilidad. Era imposible, la realidad me tiraba un golpe a la cara en cada intento, no podía escapar de esa imagen, quizás definitiva. Era lo que mas temía, que ese fuera el ultimo recuerdo de Marina, el amor de mi vida, quedaría en mi mente entre tubos, aparatos que controlan su pulso, sondas, quimioterapia. Todavía vivia como envuelto en una extraña bruma de pesadilla, no caía desde esa tarde ya hace 4 meses que el medico le dijo que tenia leucemia. Todavía no podía comprender como el amor de mi vida se me escapaba y yo aquí sin poder hacer mas que mirarla, sentado, como un simple espectador de su final. Nada me dolía mas, hacia semanas que no dormia, ya casi no iba a trabajar, tenia miedo de dejarla sola. Mi conciencia no me dejaba de culpar de su final, aunque sabia que no tenia la culpa. El dolor es demasiado para soportarlo, después de 10 años juntos la vida la estaba apartando de mi, cuando pensé que seria la persona que me acompañaría toda mi vida. Decidí ir a fumar, no podía estar mas ahí, llovía en Buenos Aires pero no me importo fui a la terraza del hospital. Me gustaba la lluvia y disfrutar de un cigarrillo. Solo con mis pensamientos. Lo necesitaba.
Subí a la terraza, me quede un rato bajo la lluvia, metí mi mano en el bolsillo mire el paquete de cigarrillos ví que me quedaba uno solo. Lo saque, con dificultad logre encenderlo, y contemplando el paisaje de Buenos Aires gris y húmeda, pensé: “ por que a ella??, por que Dios decidía apartarla de mi?? Por que la hacia pasar por esto?? Por que me castigaba de esa manera?? “ las preguntas que todo el mundo se hace al perder un ser querido, el dolor me consumía, me llevaba al enojo, a protestar contra Dios por esta injusticia, en definitiva , la muerte de cualquier ser humano es una injusticia de la vida, pero ella lo era todo, cuando digo todo es TODO. Yo sin Marina era imposible de imaginarse. Me acompaño toda mi vida, me ayudo en mis peores momentos y ahí estoy yo sin poder ayudarla en el suyo, sin poder sacarla de esa enfermedad. La vida de Marina se escurría entre mis dedos y me escuche decir “ Renunciaría a lo que fuera, cambiaria lo que fuera por sacarla de esto”, uno no piensa cuando dice ese tipo de cosas. La desesperación lo lleva a esas conclusiones , exhalé el humo que tenia dentro de mis pulmones y tan rápido como el humo salio de mi nariz escuche “ Yo puedo ayudarte”. Me creía solo en mis pensamientos, en esa terraza, pero no. Me di vuelta y detrás mío había una persona, un hombre de unos 50 años, con su pelo perfectamente peinado hacia atrás, alto, delgado, llevaba un impermeable largo, cerrado, tenia bigote fino y cejas tupidas, su sonrisa era hipnotizante me miraba fijamente y repitió en un tono tranquilo y casi denotando soberbia: “Yo puedo ayudarte “
- No lo creo amigo mío – dije rápidamente sin pensarlo volteando a mirar la ciudad , dándole la espalda a este hombre tan extraño.
- Oh no se equivoca , si puedo ayudarlo-dijo el acercándose a mi , cuando se acerco percibí un perfume extraño. Un olor muy fuerte , podría decir que se sentía como azufre, no le di mayor importancia.
- Puedo ayudarlo y le aseguro que no tiene por que dudar de mi. Se que no me conoce. Mejor dicho, se que no me reconoce. Estoy al tanto de su problema, sé de su desesperación, lo escuche recién.
Me voltee rápidamente lo mire y pensé “este tipo me estaba espiando??” con algo de desprecio le dije :
-Usted que sabe?? No lo conozco desde ya le digo, jamás lo había visto antes….
- No. Se equivoca –dijo interrumpiéndome y levantando un dedo en el aire, acompañado por una de sus finas cejas,- se equivoca, si me conoce, no me vio antes en persona, pero si me conoce, y se de su problema. Lo conozco a usted y a….Marina- me quede pasmado, ese hombre dijo el nombre de Marina, de donde la conocería??.
- Como sabe usted de Marina?? De donde la conoce??
- De la vida, de verla todos los días, usted sabe…
- No. No se. Sea mas especifico déjese de incógnitas y de una vez por todas diga quien es- dije ya enojado, sentía que estaba burlándose.
- Tranquilo Fernando, tranquilo, no se enoje que yo estoy para ayudarlo eh!, se la condición de su esposa- Me sorprendí dijo mi nombre, yo no lo había mencionado
- Creo no haberme presentado, de donde sabe mi nombre??
- Es verdad poco cortes de su parte cabe aclarar, yo tampoco me presente, pero no hay tiempo para presentaciones verdad??- lo mire fijo a los ojos, aunque debí apartar la mirada; no entendía que me insinuaba.
Quedamos en silencio los dos mirándonos, él con su sonrisa casi socarrona. La lluvia me estaba empapando. Extrañamente el estaba completamente seco a pesar de estar en plena lluvia, luego de un tiempo continuo:
- Mire Fernando no tengo mucho tiempo, quiere escuchar lo que tengo para proponerle o no??. Su mujer esta ahí abajo sufriendo, agonizando diría yo y no hay mucho mas tiempo. No se si esta dispuesto a escucharme o prefiere que me vaya, decida, de verdad soy alguien muy ocupado, sobretodo a esta altura del año nadie me da respiro….
Seguía sin entender, realmente su presencia me alteraba, había algo en el incomodo, no se lo podía mirar fijo a los ojos por mucho tiempo, lo intentaba, pero empezaba a lagrimear después de unos segundos, era como intentar mirar al sol.
- Mire no estoy para tonterías, mi mujer tiene una situación muy delicada, ya los médicos me anticiparon que no había mucho por hacer, que estaba casi perdida, no creo que nadie pueda hacer nada por ella…
Lanzo una carcajada profunda, grave, que realmente dio miedo. Rió con esa soberbia que lo caracterizaba
-No crea en los médicos, ellos no pueden ayudar a nadie. La muerte les gana siempre, su pulseada. Demás esta decir que lo que le ofreceré yo será infalible, es algo diferente
- Mire, se todos esos tratamientos alternativos para el cáncer pero no creo mucho en ellos, prefiero la medicina tradicional. Además en el estado que esta no podría hacer nada, le agradezco- no entendía que estaba agradeciendo pero quería que se vaya , su presencia me estaba alterando , me sentía tenso. Una paloma se posó en la cornisa de la terraza, cubriéndose entre sus plumas de la lluvia. Se bajo de la cornisa y camino. Se acerco a este hombre y comenzó a aletear y chillar frenéticamente hasta detenerse abruptamente quedando totalmente inmóvil.
-No me llevo con los animales- dijo en tono de sorna.- Fernando no le ofrezco terapias alternativas, le ofrezco algo mas…. mmm como decirlo…. Algo más eficaz
Lo mire, no se si era la desesperación , la impotencia o el fuerte deseo de recuperar a Marina lo que me llevo a formular la siguiente pregunta, una pregunta llena de curiosidad y un poco de escepticismo, escepticismo el cual me imponía para no ilusionarme, no había nada de racional en lo que este hombre me decía, no había ya forma de salvarla. Aunque el se veía tan seguro de lo que planteaba, era imposible resistirse a preguntar, algo en el me obligaba y así, como empujadas por mi inconsciente salieron las palabras de mi boca :
- que tiene para ofrecerme?- dije , el rió ,y se comenzó a acercar , mientras caminaba se escuchaba como si sus pasos retumbaran en el piso de la terraza como los cascos pesados de un caballo , se detuvo a muy poca distancia de mi cara, con su mano tomo mi rostro y me dijo con una voz grave – Fernando míreme a los ojos- por un momento sentí que era dueño de mi voluntad , temí que los ojos me ardieran pero de todas formas lo mire, y lo que vi en sus ojos aun hoy no puedo olvidarlo, es una imagen que se me repite continuamente, y la sigo viendo con claridad, era Marina, como la recordaba, con su cabellera rubia, sus ojos mirándome, con toda su belleza sonriéndome, desde la profundidad de sus ojos, por un momento la sentí tocándome el rostro, luego todo desapareció volví a ver ese rostro gris , fuerte de este hombre , sonrió , su fino bigote acompaño la sonrisa.
-Interesante Fernando?, eso le puedo ofrecer, y no hay sacrificio que hacer a cambio, solo respetar una regla fundamental
-Cual regla??- pregunte desesperado, con ansias de saber , nada podía ser tan difícil, por recuperarla haría lo que fuera, por tenerla de nuevo. Cumplir una regla a cambio de tener a Marina de nuevo a mi lado era fácil. Quizás demasiado fácil.
- Simple Fernando. Usted ama a Marina, le juro amor eterno el día que se casaron??
- Si, así fue, y así será.
- Lo se, usted quiere que la persona que ama vuelva a ser lo que era antes y se recupere de esta mortal enfermedad, lo único que debe hacer es amarla por siempre.
Eso era lo que quería, amarla por siempre, tenerla a mi lado hasta morir de viejo. Quería disfrutarla todos los días, hasta las cosas mas triviales de la vida como ver televisión juntos, tomar café, pasear por las calles de Buenos Aires, leer libros, ir de compras, quería volver a eso y amarla para siempre. Era fácil, puesto que era lo único que anhelaba.
- Eso es fácil-dije como pensando en voz alta- délo por hecho….
- Mire Fernando- dijo con un tono pesado- que si usted no respeta eso las consecuencias son muy graves.
- No me amenace-conteste molesto, sin saber con quien hablaba- a que se refiere con consecuencias graves?
-No Fernando. No graves, MUY graves.- contesto riendo y poniéndole énfasis a ese MUY – usted, parece amigo mío, todavía no se dio cuenta quien soy, se lo voy a hacer fácil, no sabe con quien ha hecho un pacto, con quien ha acordado un arreglo que es eterno e inviolable
-Déjese de vueltas! Sea directo- dije con aires de valentía, no sabia que lo que diría me descolocaría, las palabras que pronuncio de forma tan lenta pausada me sacudieron
- Soy el diablo Fernando- hizo una pausa y sonrió. Yo lo miraba perplejo. No entendía, acaso este hombre diría la verdad? quizás por el desconcierto, no dije nada, enmudecí, las palabras no me venían a la mente.
El dijo: - en caso que nuestro pacto no se cumpla Fernando, su alma, es mía, y vendré a buscarla , y en eso amigo mío, no hay vuelta atrás, soy muy estricto. Creanme que si usted se atiene a la única regla que le impuse las cosas saldrán bien, de otra manera, me veré obligado a cumplir con la parte del trato que a usted no le va a gustar. Espero no volver a verlo Fernando- sonrió de una forma sobradora y tan pronto como dijo eso la lluvia comenzó a caer sobre el borrándolo de mi vista, limpiándolo de la escena, el agua se lo llevo como a una macha en el paisaje. Comencé a pensar otra vez, miles de pensamientos iban y venían en mi cabeza, seria verdad lo que vi. Lo que hablamos existió?? Todo esto ocurrió?? O era parte de una fea alucinación?, decidí salir de la terraza todavía podía sentir el olor a azufre. Volví al cuarto de Marina. La mire, seguía igual que como la deje. Por ahora , solo por ahora, nada era como ese hombre había prometido, decidí tomar mis cosas e ir a descansar a mi apartamento.
Al otro día temprano fui al hospital, llegue a la habitación de Marina y la sorpresa me invadió. La ví despierta recostada hablando con una enfermera, me parecía estar alucinando, por un segundo pensé que todavía estaba dormido, pero no Marina volteo y me dijo: - amor!! Te estaba esperando- la mire asombrado mire a la enfermera que me contesto con una sonrisa, con un tono de sorpresa dije:
- Marina! estas….- me interrumpió Marina – si amor estoy bien, me siento mucho mejor ahora vení, sentate, quiero verte , te extrañe.
Después de hablar con ella salí al pasillo y busque al doctor Maxen. Recorrí todo el hospital, pregunte a todas las enfermeras, me dirigieron al quinto piso y lo encontré hablando con otros colegas. Tímido me acerque a el y le pedí que me disculpara la intromisión pero que necesitaba hablar con el.
-Doctor soy el esposo de Marina Rever, de la 411 ….- el doctor por un momento pensó como tratando de ubicar a Marina luego con el gesto típico de recuerdo , levantando sus cejas y tirando la cabeza hacia atrás dijo
- si si , lo de su señora , señor….
- Faber
- Señor Faber , realmente la señora Rever mostró una mejoría que diría yo esta fuera de toda razón y lógica. Ayer estaba en un estado realmente muy complicado, el cáncer había alcanzado órganos importantes pero hoy vimos que se esta reabsorbiendo de forma increíble, de hecho le íbamos a decir que le daríamos el alta en una semana pero que le daremos una enfermera para que la controle en su casa. Realmente esta situación es inusitada, pero la realidad es que esta mejorando y no habría razón de preocuparse.
No podía creer lo que el doctor me estaba diciendo, le agradecí por todo y me fui del hospital debía ir al trabajo arreglar algunas cosas. En el camino pensé en el episodio de la terraza , realmente ese pacto seria la causa de la mejoría de Marina?? Entendí que si , entendí también que inevitablemente había caído en las reglas del trato.
Pasó la semana rapidísimo y Marina seguía mejorando , estaba recuperando su pelo, su apetito, sus ganas de siempre, su felicidad. Estaba recuperando al amor de mi vida, tanta felicidad me rodeaba, me había olvidado del trato, del episodio de la terraza, lo había borrado de mi mente. Disfrutaba de Marina y su mejoría.
El sábado la lleve devuelta a nuestro apartamento, debíamos esperar a la enfermera que llegaría en la tarde, así que llegamos a nuestra casa por la mañana temprano.
Marina debía reposar, su progreso era bueno , pero su situación debía ser controlada de cerca, los médicos pensaban que podría volver a caer tan rápido como salio.
Rondando las cuatro de la tarde yo estaba preparando café en la cocina Marina recostada viendo televisión cuando sonó el portero eléctrico. Era la enfermera la hice pasar y espere a que subiera.
Toco el timbre y la recibí, era una mujer alta, joven, morocha, de ojos tan verdes que parecían zafiros , labios gruesos, piel blanca con unos tonos rosados en sus mejillas, era realmente hermosa. Con dulzura dijo:
- Buenas tardes usted debe ser Fernando, soy Carolina me mando el doctor Maxen del hospital alemán
- A si, si. Pasa, Marina esta en su cuarto.
La acompañe a la habitación y las deje a solas para que hablen y se conozcan, fui al living a leer el diario.
Los días pasaban y Marina continuaba mejorando. Había recuperado toda su cabellera ya, su mejoría era increíble, milagrosa. Carolina la cuidaba y se llevaban bien las dos, yo también comencé a llevarme bien con Carolina, charlábamos siempre a la tarde mientras Marina tomaba un baño o dormía una siesta, compartíamos un café y hablábamos de cosas triviales pero también me contó cosas de su pasado, de su vida. Me comento que su padre era banquero que trabajo en el banco provincia mucho tiempo y había sido gerente de una de sus sucursales, lamentablemente me contó que había fallecido ya hace 4 años , que su madre vivía sola en flores y que de vez en cuando ella la visitaba pero que no tenían una buena relación. Me sentía bien charlando con ella , me sentía cómodo , me encantaba mirarla a los ojos, tenían algo que me atraía , ese color , esa dulzura .
Una noche tuve un sueño, quizás debí prestarle mas atención. Yo estaba en un bosque , perdido. Detrás de un árbol a lo lejos aparecía Marina , mientras yo me acercaba hacia ella corriendo se iba transformando, su pelo se convertía en negro opaco y sus ojos verdes , se convertía en Carolina.
Me desperté transpirado , tenia nauseas, fui al baño , escupí sangre , Marina se despertó pregunto que me pasaba pero le pedí que se quede en la cama que ya estaba bien. Volví a acostarme, y no se como, descanse.
Al otro día , puntualmente como todos los días durante el último mes Carolina llego a las ocho de la mañana. Le abrí la puerta, nos quedamos charlando un rato, Marina descansaba. Yo estaba incomodo y no podía mirarla a los ojos, me sentía como culpable por el sueño que tuve la noche anterior, de pronto Carolina dijo algo que no esperaba
- Fernando anoche soñé con vos.- me miro tímidamente, la mire, siguió- se que es estúpido esto pero te ví en un bosque nos juntábamos y nos abrazábamos, disculpa que te lo diga pero lo tenia dentro me sentía hasta culpable…- la interrumpí y con vergüenza le comente que yo había experimentado el mismo sueño, por un momento nos miramos y nos quedamos en silencio.
Esa noche volví a tener ese sueño. Esta vez era mas largo y nos besábamos en el, me desperté y volví a escupir sangre, tenia un dolor en la garganta muy profundo. Sentí luego cuando me acosté y calme a Marina , que sentía algo por Carolina. Estaba confundido. Muchos pensamientos. Mucha culpa.
Carolina ya no venia mas hacia 2 semanas , Marina estaba bien, estaba totalmente recuperada , solo iba al medico 1 vez por mes. En 1 mes y medio Marina se había recuperado de algo que a otra persona le tomaría años, la tenia de vuelta conmigo , aunque me di cuenta que ya no le daba tanta importancia. Estaba sumido en mi trabajo de nuevo y estaba acostumbrándome a tenerla conmigo.
Un día volviendo del trabajo me encontré con Carolina , decidimos ir a un café a tomar algo , justo ahí frente a la facultad de medicina.
-Que casualidad encontrarnos Fer, salía justo de la facu, vos que haces por acá??
-Nada volvía de trabajar , trabajo acá cerquita, como andas??
-Yo bien y Marina?? Como esta?? Hace mucho que no voy por tu casa
- Bien por suerte bien- de pronto recordé los sueños, que se me repetían hacia mucho tiempo ya. Pensé que quizás ella también los tendría , como el primero que lo tuvimos los dos juntos. Tome coraje y se lo pregunte
- Caro, discúlpame que te lo pregunte, pero…. Volviste a soñar?? … digo con nosotros dos?- me miro , bajo la mirada como esquivando la mía
- Si .- me dijo mirando la mesa y siguió- Fer realmente no hago otra cosa que pensar en vos. No quiero ir a tu casa por que me da culpa Marina pero los últimos días iba para charlar con vos. Me siento tan bien…- la interrumpí , dentro mío, yo sabia lo que ella me decía. Es mas yo sentía lo mismo. Le tome la mano y nos quedamos en silencio mirándonos. Ella entendía que yo sentía lo mismo.
*****
Hacia ya un mes que me veía con Carolina a escondidas. Le decía a Marina que iba a jugar al fútbol o que me quedaba hasta tarde en la oficina. Nos veíamos en su casa todas las noches. Mi salud había empeorado paulatinamente, escupía sangre cada vez mas seguido y mas cantidad. Marina estaba preocupada pero yo no le di importancia. Lo peor estaba por venir, lo realmente oscuro de este relato, lo increíble, el error mas grande de mi existencia.
Una de las noches fuimos a cenar, Carolina y yo, la pasamos tan bien. Paseamos por recoleta , caminamos cerca de el cementerio, llegamos a su casa nos sentamos en su sillón nos besamos apasionadamente y entre beso y beso la mire a los ojos tome su rostro lo acaricie y dije “ te amo”…lo que desataron esas dos palabras fue algo que hasta hoy no olvido, que jamás olvidare. Carolina me miro, sonrió, me pareció por un instante que esa sonrisa no era de ella. Perdí la visión, volví a enfocarla en ella seguía sonriendo con ese gesto tan raro. Intente apartarme de ella, me miro fijamente a los ojos y por un momento comenzó a arderme la vista tuve que mirar a otro lado, ella se levanto y dijo con una voz grave y profunda que parecía ocupar todo el cuarto:
- Falló Fernando.- su cuerpo comenzó a sufrir una metamorfosis horrible, comenzó a deformarse, su cara perdió la forma angelical que la caracterizaba para tomar ángulos agudos y gesto fuerte, delante mío no estaba mas Carolina, el hombre de la terraza, el Diablo ocupaba su lugar.
-Fernando, fallo, usted sabia de nuestro trato, acaba de romperlo , acaba de condenarse solo a las consecuencias de su traición, yo cumplí con mi parte usted por otra parte no pudo. No pudo con la tentación, que clase de amor eterno es ese? Los mortales no pueden prometer eternidad. Fernando como cumplí con la parte agradable de nuestro trato cumpliré con la desagradable de la misma forma. Su alma es mía, pero ese no será su único castigo…
El ambiente en el cuarto comenzó a hacerse pesado, hacia mucho calor, el olor a azufre estaba penetrando en mi como una daga a los sentidos. Todo el cuarto estaba infestado de el, la pintura se derretía del calor y yo lentamente perdí la conciencia.
Desperté en mi casa, junto a Marina, recordé lo de anoche, aunque unos segundos después de despertar creí que había sido una pesadilla. Mire a Marina quería asegurarme de que este bien, pensé que ella seria victima del castigo diabólico. Me equivocaba.
Una semana después mi salud empeoro fui diagnosticado con cáncer de laringe causado por el cigarrillo y aquí estoy tres meses después, viendo a Marina mirándome. Pensando, buscando un recuerdo mío de cuando era sano, buscando verme cuando me tenia a su lado. La realidad le muestra otra cosa. Yo aquí entubado, postrado en una cama, consumido por la enfermedad. No puedo hablar, y quizás este sea el recuerdo final que se lleve de mi, yo por lo pronto añoro poder disfrutar de Marina otra vez, y nuevamente renunciaría a todo lo daría todo…